viernes, 25 de septiembre de 2009

Las cosas que hay que ver en el Metro...





El Metro relanza campaña de normas del Buen Usuario

En un esfuerzo nada desdeñable, el Metro de Caracas lanzó una nueva campaña institucional denominada "Cumplir las normas del metro es facilito", con la que pretenden reforzar las reglas que más se infringen dentro del subterráneo. Que vale mencionar, son muchas.
La campaña se difundirá por medio de afiches en vagón, módulos lumínicos en estaciones, afiches en carteleras y en el hilo musical. Al menos, ello será una forma útil de ocupar los espacios que quedaron vacíos de publicidad luego que la gestión anterior decidiera rescindir el contrato a la empresa DLB Group que estaba a cargo de comercializarlos por considerar que se trataba de un monopolio. Y que ahora quedaron para mensajes proselitistas o para que los ociosos rayen con marcador.
En todo caso, yo me pregunto: ¿Servirá de algo esta campaña institucional? Frente a un usuario casi talibán que mete el pie para detener el cierre de las puertas, que escribe "pendejadas" en los asientos, que se mete a empujones como si ese fuera el último tren que va a pasar por el andén, que ha llegado al punto de romper los vidrios con patinetas por mero ocio o que salta el torniquete para no pagar unos míseros 500 bolívares viejos, será suficiente unos afiches en las carteleras para hacer cumplir las normas. ¿No ha bastado que por más de 20 años se hayan repetido los mismos mensajes para que la gente entienda?
A decir verdad, creo que hace falta más que avisos bonitos para que se retome la "Cultura Metro".
Mirelis Morales Tovar

2 comentarios:

  1. ¿Y qué propones que deba hacerse?
    ¿Colocar guardias nacionales con fusiles en cada vagón?
    ¿Cámaras de seguridad?
    Entiendo tu punto y lo comparto.
    Propongo que la gente que pase por aquí deje sus propuestas a ver si realmente puede "hacerse algo" para que el usuario "aprenda" a cuidar su metro, O por el contrario, comprobemos que el venezolano es un caso perdido.

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  2. Mire, me tomo la licencia de comentar porque por muchísimos años fui usuario del Metro y he tenido la oportunidad de conocer los metros de otras ciudades:
    Triste es recordar cuando, en efecto, el de Caracas era el Metro más limpio del mundo. Cuando realmente PROVOCABA montarse en el Metro, cuando uno asociaba "Metro de Caracas" con el mejor ejemplo de comportamiento ciudadano y de un país posible que sólo quedó para soñarlo sin esperanza alguna.
    Durante todos esos años en los que por mi mente pasaron millones de maldiciones, mentadas de madre, lamentos y cualquier clase de sentimientos de impotencia, mientras el Metro era mi medio elegido para trasladarme, llegué a la conclusión que seguro muchos compartirán conmigo: el Metro de Caracas, por desgracia, se convirtió en el ejemplo de carne viva de cómo la sociedad venezolana entró en franco proceso de descomposición... ves, de sobra, gente maleducada, con mala actitud, con ganas de hacerte daño y, en fin, con el firme propósito de pisarte si te les interpones en tu camino. Gente cochina, gente malhablada; en fin cualquier ejemplo que se acerque a un alma en pena vagando por el mismísimo infierno, porque la analogía bien le queda al Metro de Caracas: está bajo tierra y allí millones de almas, día a día, deben purgar sus penas (o añadir unas cuantas más a su haber). Ello sin tocar el pésimo servicio que no sólo se hizo costumbre, sino cultura en este medio de transporte: dispensadores de tickets que no sirven, aires acondicionados que se fueron al demonio, escaleras mecánicas que lucen cual pieza de museo. Y peor aún, están empeñados en abir más estaciones, más líneas, lo cual supone lógicamente, un mayor volumen de pasajeros en todo el sistema, pero no se preocupan en añadir un buen número de trenes que sean capaces de satisfacer semejante demanda, amén que los pocos que quedan son verdaderas chatarras rodantes. Ya no queda una sola razón por la cual sentir un dejo de admiración por el Metro de Caracas. Por un lado los "ciudadanos", hacen gala de lo mejor de sus malas costumbres cada vez que ingresan a una estación. La delincuencia ya hizo suyo todo el territorio subterráneo. Y la gerencia de la empresa no tiene la más mínima motivación por hacer lo que debería hacer.
    ¿Propuestas? La verdad no sé si peque de pesimista, pero no veo nada, absolutamente nada, que sea capaz de mejorar las cosas allá abajo... la descomposición social que vivimos y que tiene su patético ejemplo en el Metro no se va a resolver con paños calientes, ni con campañas de educación, ni siquiera poniendo el precio de cada viaje en cantidades impagables, porque el rancho lo llevan muchos venezolanos en la cabeza, así vivan en el Country.
    Tal como propone Caque, Venezuela es un caso perdido... y yo digo que es así porque el buen venezolano se perdió!

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